"Despertar de una razón humana"
Relato de Osmar Rodolfo Madsen
1998


Capítulo 2

El entendimiento de la existencia de nuestro ser interior
nos abre las puertas a la felicidad.


En esta tercer noche fría de enero, contemplo desde la puerta ventana que da al balcón de mi dormitorio el reflejo de la luna, no completamente llena, sobre el lago. Desde esta visión parece aun mas extensa que viéndola de día.

Recuerdo que el primer día que llegamos recorrimos casi treinta kilómetros de costa, observando todos los negocios, hoteles, bungalows, hosterías y casas, y descubrí que en doce años todo había cambiado.

La zona estaba mucho mas poblada y los arboles se elevaban majestuosos haciendo mas verde su entorno.

El segundo día lo utilizamos para contactarnos con la montaña y subimos a uno de los cerros en teleférico. Allí hicimos una caminata en un bosque de lengas que se formó en la cima de dicho cerro.

Hoy, en el tercer día, nos pusimos en contacto con el aspecto lacustre, utilizamos un catamarán para recorrer el lago, llegar a una península para caminar en un bosque de arrayanes, único en el mundo, y luego visitar a la mayor de las islas que tiene este lugar.

Con tanta naturaleza de por medio no hay otra alternativa que estar en armonía con uno mismo.

La razón humana se da cuenta que es limitada frente al ser interior ilimitado y no encuentra otra razón mas que la de dejarse guiar.

Esto es relativamente fácil de entender para aquellas personas que se encuentran en esta situación de contacto con la naturaleza y hayan experimentado anteriormente situaciones de deseos cumplidos o simplemente hayan pensado que experimentaron milagros.

Lo primero que nos tiene que suceder es que la razón humana descubra la existencia del ser interior y después que la ame y se deje llevar por los impulsos y sentimientos verdaderos de ese ser.

En los comienzos de este camino de armonía se hace muy difícil discernir entre los impulsos y sentimientos verdaderos de los que son generados por nuestro ego, aquí hay un trabajo complejo en el cual interviene nuestro corazón. Poniendo nuestra mano en el corazón sabremos discernir correctamente.

A partir del entendimiento de la existencia de nuestro ser interior y con el transcurso del tiempo nos vamos poniendo en sintonía, ejercitando y llevando a cabo nuestros mandatos internos, nuestro sendero de la vida se habrá construido por la amalgama de las decisiones de la razón humana mas ciertos destinos desconocidos o no tan desconocidos.

Entonces es importante darnos cuenta de nuestros actos y tratar en todo lo posible de llevar a cabo el destino feliz que nos tiene guardado nuestro ser.

Mi ser es inmenso y cada día trato de ejercitar lo que me dicta, obviamente que no siempre es fácil, con lo cual me siento en un aspecto general de felicidad, deseando algunos aspectos particulares de felicidad que ya sé se cumplirán algún día, para lograr mi felicidad total.

Solo hay que armar dicho sendero y con paciencia el tiempo nos lo hará cumplir.


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