"Despertar de una razón humana"
Relato de Osmar Rodolfo Madsen
1998


Capítulo 11

El amor que se construye desde seres interiores, sin que
la razón humana ponga barreras, es para generar total felicidad,
nunca puede hacer doler el alma y menos al corazón.


Undécimo día, cinco de la tarde, todavía falta que llegue el atardecer.

Es nuestro último día aquí en la cabaña del lago. Mañana temprano nos vamos de aquí hacia un valle que se forma al salir del sistema de montañas e ingresar a una zona de desierto, por el cual corren las aguas de este gran lago a través de un río que desembocará en el océano Atlántico.

En el curso de este río se produce un corredor de vegetación que contrasta con el desierto y allí es donde se producen las mejores manzanas, entre otras frutas, que se consumen en todo nuestro país.

Así que mañana comenzaremos a acompañar el desagüe de estas aguas hacia el océano.

Hace un rato llegamos de recorrer el centro de la ciudad, hicimos las compras de los últimos regalos que nos faltaban y visitamos el museo, en donde nos vislumbraron con la historia social que se produjo en el transcurso del tiempo.

Allí encontré varias pipas que usaron los aborígenes de estas tierras, cada vez que yo enciendo la mía evoco aquellos tiempos cual si fuese un cacique indio, en un sentido metafórico, sino me parece que: ¿no será muy mucho?

En la entrada del museo está el original de la carta que enviara el perito en límites al gobierno nacional en donde narra el aspecto natural de este lugar y sus deseos de conservación para las generaciones venideras, donando estas tierras al gobierno para la creación del actual parque nacional. En su carta manuscrita describe las maravillas del paisaje, las grandes selvas, las abruptas montañas, los lagos, ríos y las nieves eternas. Sus restos mortales descansan en una de las islas de este gran lago.

A pesar de las transformaciones sociales, invasiones aborígenes, colonizaciones de países europeos, la naturaleza sigue su etapa natural de conservación y transformación.

Los tiempos naturales son distintos a los tiempos humanos. Los tiempos naturales en sus transformaciones, recuperación ante catástrofes son de miles, cientos de miles y a veces de millones de años.

Mientras los tiempos humanos, los de cada persona, apenas en algunos casos llegan a los ochenta años. Las transformaciones sociales pueden ser de cientos de años, siempre menores a los naturales del paisaje o entorno geográfico que los rodea.

He aquí la importancia del ser interior, infinito e inmortal que está en cada persona humana.

Cuando la razón humana descubre la existencia del ser interior, se vuelve menos racional para convertirse en sentimental, siguiendo los pasos dictados por su alma hace que se vuelva una persona con instintos de conservación de la naturaleza, deja de ser hostil y destructivo.

Esto se debe a que el ser interior tiene tiempos semejantes a los de la naturaleza a quien ama profundamente y comprende su evolución porque ambos pertenecen a la creación de un ser supremo, llamado por muchos Dios y por otros con distintos nombres, pero al fin siempre el ser supremo de quien somos hijos y criaturas de creación propia.

Entonces las personas humanas despiertas pueden vivir en armonía con la naturaleza, viviendo tiempos iguales y poder amar a otros seres eternamente, comprendiendo lo que significa la infinita ternura y lo que significa la felicidad en el amor de verdad.

El amor que se construye desde seres interiores, sin que la razón humana ponga barreras, es para generar total felicidad, nunca puede hacer doler al alma y menos al corazón.

Como dice un amigo mío, a veces la razón humana tiene razones que no se corresponden con nuestro ser interior. Esas razones, en definitiva, no son razones verdaderas, son falsas, esas razones no tienen razón de ser, por lo tanto hay que quitarlas del camino para dar lugar a lo que nuestro ser interior nos dicte, a los verdaderos sentimientos, para lograr la plena felicidad que nos regala y nos desea nuestro ser supremo.

El amor que brindemos y aceptemos de otro ser será el camino hacia nuestra felicidad, el sendero del amor verdadero, que lo puede todo a pesar de todo.

Estos tiempos que vivimos hoy, son propicios para el cambio de mentalidad y de actitudes hacia un futuro de felicidad. Primero debemos darnos cuenta de quienes somos, para después ver donde estamos y luego saber que pretendemos de nuestra vida. Son los pilares hacia la felicidad a través del amor con otro ser.

Nuevamente enciendo mi pipa, acaricio mi barba ya formada después de mas de un mes de no afeitarme y medito sobre todos los nuevos deseos que mi ser interior se ha comprometido a cumplir algún día. Obviamente no serán los últimos, siempre trato y trataré de seguir deseando, son las distintas pretensiones de mi vida, mi razón de ser. Pero los deseos de estos días son muy importantes.


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